La escuela en los siglos XX y XXI
(ser, él) muy diferente a la nuestra. Los estudiantes
(ir, ellos) todos los días a unos edificios llamados
colegios o institutos.
(aprender, ellos) con otras personas, llamadas profesores, y
(trabajar, ellos) con unas máquinas muy primitivas que
(llamarse, ellos) ordenadores. Estas máquinas
(necesitar, ellos) electricidad para funcionar y no
(ser, él) posible conectarlas directamente al cerebro.
(escribir, ellos) con unos objetos extraños que
(llamarse, ellos) bolígrafos y
(necesitar, ellos) uno para cada color diferente. Pero lo más diferente a nuestra escuela es que todos los estudiantes
(ser, ellos) muy buenos:
(estudiar, ellos) todos los días,
(hacer, ellos) todos sus trabajos,
(aprender, ellos) varios idiomas y siempre
(aprobar, ellos) sus exámenes.
Francisco Jones. Director del proyecto de investigación