Yo tengo un remedio que me enseñó mi abuela. Cuando estoy resfriado y tengo mucha tos, para poder dormir, pongo en la mesilla, junto a mi cama, en un plato, una cebolla cortada por la mitad. No sé qué hace la cebolla, pero no toso por las noches y me siento mejor por la mañana. Eso sí, por la mañana tengo que abrir la ventana y tengo que ducharme porque todo huele a cebolla.